sábado, 25 de noviembre de 2006

Las negociaciones de guerra

En tiempos de guerra y violencia la inmensa mayoría de las personas se preocupa por el tema de las negociaciones de paz, pues es la paz el objetivo. Muy pocas personas se preocupan por llevar a cabo negociaciones de guerra.

Todo es negociable, como dice el adagio popular y la guerra es una de esas cosas negociables. Negociar la guerra es vital, pues ayuda a que las negociaciones de paz sean más efectivas. Los ejércitos regulares tienen lo que llaman "las cortesías de la guerra" y deben hablar para determinar unas condiciones civilizadas para hacer la guerra.

Lo que busca es que la guerra se lleve a cabo dentro de ciertos cánones y se cumplan ciertos protocolos para poder así evitar los excesos. Esos excesos son los que dejan las heridas mayores y generan mayores violencias que nos van sacando acelerada y efectivamente de la categoría de homo sapiens.

Es grave cuando uno de los bandos genera su ventaja competitiva de no tener que cumplir con las reglas de la guerra civilizada. Cuando esto pasa, y sabiendo que todo es un sistema que se reacomoda, el otro bando que debe cumplir las reglas creará un grupo alterno que tampoco cumpla las reglas.

Esto puede verse con claridad en la persecusión de los narcotraficantes. La policía sola difícilmente podrá ser exitosa y alcanza el éxito cuando convive silenciosamente con otro grupo de narcotraficantes que entren a sumar esfuerzos. Podría recordarse el adagio de "el enemigo de mi enemigo es mi amigo".

También se puede ver en la guerra de gobierno y grupos guerrilleros. Siguiendo todas las reglas y cumpliendo todos los cánones, difícilmente se podrá derrotar a la guerrilla, pero si aparecen grupos que tienen licencia propia para hacer lo mismo que hace la guerrilla, las cosas cambian.

Esto se puede reducir a un juego de estrategia, pues se trata de tener un competidor que está compitiendo con las mismas estrategias (me too strategy) y en los mismos territorios. Eso hace que la competencia sea más agresiva y después de un tiempo se estabilice.

En los mercados ocurre lo mismo, pues no se trata de una lucha necesariamente con violencia física, pero si con violencia comercial y usando mecanismos que para muchos no son saludables. La competencia manejada de una forma inteligente es un premio y un estimulante para el desarrollo de una empresa. Lo que si es nocivo es el manejo poco inteligente de la lucha en el mercado. Por eso no le tema a la competencia, témale a la competencia desleal (daña el mercado con acciones desleales; mala fe) o a la competencia poco inteligente (daña el mercado con acciones mal fundamentadas y deseperadas; poca inteligencia).

Es importante negociar con su oponente las reglas con las que se va a luchar o a competir.

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